domingo, 31 de julio de 2011

El síndrome del niño invisible






El término “síndrome del niño invisible” no existe como tal en la literatura especializada, sino que fue establecido espontáneamente gracias a la experiencia en consulta.

Tiene que ver con el niño que no es tomado en cuenta dentro de su entorno familiar por las figuras significativas de quienes depende emocional, social y económicamente.

Por ello, se percibe abandonado y siente que resulta incómodo para su familia, sabe que sólo está físicamente en su casa sin importarle a los demás.

Los niños invisibles

¿Te has sentido transparente, como si fueras de aire, como si no fueras nadie y no te viera la gente?
Karen, 9 años

Según la etapa de su desarrollo, los niños tienen diferentes necesidades y requieren determinados cuidados que optimicen su tránsito hacia la edad adulta. En los menores de tres años predominan las necesidades fisiológicas básicas, necesitan demostraciones de afecto a través de la voz, el tacto y la cercanía constante. Entre los tres y los cinco años, su entorno crece y buscan mayor información. Despliegan su imaginación y fantasía, por lo que los padres deben acompañarlos, escucharlos y participar en sus historias, cuentos, juegos y temores, marcando claramente los límites entre la realidad y la fantasía.

A partir de la etapa escolar, los niños participan más del mundo adulto. Expresan sus necesidades y sus deseos de manera más directa y clara. Esta etapa es particularmente difícil, ya que muchos padres creen que darle al niño todo lo material que ellos no tuvieron o estar físicamente presentes significa que se encuentra “bien atendido” ¿Cuántos realmente tienen oportunidad de conversar y tener vínculos emocionales sólidos con sus padres, o son escuchados dentro de su entorno para platicar lo que realmente les preocupa?

Entre los seis y doce años, un hijo requiere tiempo de conversación sin juicios ni represiones. Muchos platican a sus padres sus anécdotas con gran emoción y descubren, con tristeza, que para ellos no representa absolutamente nada lo que están diciendo. Nuestra primera tarea es comprender que su pensamiento es concreto, ven y entienden lo inmediato, y sus necesidades de amor, compañía y apoyo van en esa vía que se traduce en tiempo y espacio de calidad.

Para muchos padres, los adolescentes representan el colmo de la irracionalidad y una incógnita gigantesca. ¿Cómo comunicarse y estar cerca de entes tan extraños? Podría servir pensar en ellos como niños grandes que están otra vez experimentado y aprendiendo por ensayo-error.

Un niño invisible está solo y abandonado en todos los sentidos. “Estar ahí” no es suficiente. Escucharlo, mirarlo a los ojos con atención mientras habla y dedicarle un tiempo especial - sin hacer otra cosa - son actitudes básicas que necesita para sentirse valioso y amado. Los casos de este sindrome se derivan de la falta de conocimiento y comunicación, incluso, caen en el rubro del maltrato y la negligencia.

Fuente: http://kids.bbmundo.com/bebes/el-s%C3%ADndrome-del-ni%C3%B1o-invisible

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