jueves, 23 de agosto de 2018

Serie: Hoy cobran mas Vigencia... 1.- Infancia trastocada

Estare publicando una serie de artículos que y en los años 2011, 12 y 13 publique pero en vista de que hoy dia cobra mas vigencia su contenido los republicaré, un poco para reflexionar sobre ¿que estamos haciendo? ¿Vamos por buen camino en la lucha contra la Violencia Infantil?
Infancia trastocada. En muchos hogares, uno o varios de los niños quedan a cargo de los hijos menores de la familia y no se advierten los riesgos.
23/01/2013 00:02 | Valia Yankilevich (Especial)

¿A qué edad un niño deja de ser niño? Bien podría decirse que hay casos en que no se trata de una cuestión cronológica. Muchos niños dejan de serlo cuando, por imperio de las circunstancias, asumen roles de adultos. Cuando un niño o niña tiene que asumir la responsabilidad sistemática de cuidar a hermanos menores, está dejando de lado su infancia y haciéndose cargo de tareas propias de un mayor.
Predisposición al estrés infantil, mayor irritabilidad, ausentismo escolar y riesgo de accidentes domésticos, son algunas de las consecuencias de esta situación que se repite y que muchos asumen como “natural”.
En muchos casos, es consecuencia de la composición familiar y de una dinámica del hogar cada vez más habitual –ausencias prolongadas del padre y/o la madre, o de ambos si convivieran con los hijos–. En algunos sectores sociales, se soluciona con guarderías, o auxiliares que permanecen en el hogar mientras el o los adultos se encuentran fuera. Pero no todos pueden pagar por la ayuda y, en algunos casos, no se advierten alternativas que eviten dejar a los menores solos en casa. “Hay familias en las cuales cuidar a los hermanos menores es un ‘mandato’, y no se toma conciencia de la posibilidad de buscar otro camino, o prefieren no molestar a algún familiar pidiéndole ayuda con los niños”, describe María Gabriela Garró, miembro del equipo de Salud Mental del Hospital Pediátrico del Niño Jesús.
Tanto para el niño que queda como responsable, como para aquél que es cuidado por su hermano mayor, la situación está lejos de ser la ideal. Algunas veces, los menores responsables del cuidado de hermanos terminan faltando a clases por atender a alguno de ellos. Si bien no hay estudios concretos sobre el tema, la experiencia de docentes indica que no son pocos los alumnos de escuelas primarias –públicas, principalmente–, que tienen elevado número de faltas, muchas de ellas por tener que cuidar a algún hermano o hacerse cargo de tareas de adulto, por encontrarse la madre enferma, por ejemplo.
El niño debe jugar. “El trabajo principal de un niño debe ser jugar. Y si está ocupado en otras funciones, pierde la característica fundamental de la niñez. Entonces, estos niños están atareados, estresados, preocupados, y para algunos de ellos, es el comienzo del fracaso escolar”, opina Natalia Rovera, psicóloga del Centro Terapéutico Integral para la Familia, de Villa Allende. “Asumir este tipo de responsabilidades va en desmedro del desarrollo del propio niño”, agrega Evangelina Ficetti, presidente del Colegio de Psicopedagogos de la Provincia de Córdoba. Ficetti considera que esta problemática deriva de dos razones fundamentales: la socioeconómica y el hecho de que se haya desdibujado el rol parental. Dice que tanto el que es cuidado como el cuidador tienen sentimientos poco saludables. El mayor que cuida al menor padece un estrés elevado por hacerse cargo de una función para la que no está preparado. Desde el punto de vista psicopedagógico, entendiendo que los aprendizajes no son sólo los escolares, pierde oportunidades de procesar conocimientos que se adquieren de las vivencias cotidianas, por tener que estar ocupados en hacerse cargo de un hermano, explica Ficetti. “El niño cuidado experimenta también inseguridad, ya que un niño mayor que él no puede proveer ciertos aspectos ligados con la con tención y asentados en el vínculo afectivo. En los contextos sociales desfavorecidos, esta opción es la única posible para que muchos padres puedan salir a buscar el sustento diario. Generalmente, es una de las causas del fracaso escolar, la deserción a raíz del cuidado de hermanos pequeños”.

Un adulto a cargo. La situación ideal es que sea algún adulto de confianza el que quede al cuidado de los menores. Con base en la experiencia acumulada en el Servicio de Salud Mental del Hospital Pediátrico, Garró relata que hay familias acostumbradas a resolver las situaciones en el marco de la familia primaria, y no advierten otra alternativa. Sin embargo, después de la intervención del equipo de Salud Mental, algunas veces encuentran un camino diferente. “Un niño no tiene criterio y capacidad para sostener a otro. Es negligente hacerlo responsable. Es la familia la que debe hacerlo y pensar en opciones que no comprometan la integridad de los menores”, agrega Rovera.
“Para ambos, hay una vulneración de derechos. A uno de ellos no se le da la estimulación que merece para su desarrollo intelectual, físico y emocional. Al otro, se le asigna una misión de adulto, se acelera su crecimiento y pierde, así, parte de su infancia, sus espacios lúdicos y actividades extras”, subraya Garro. Paralelamente, se dan situaciones, como travesuras compartidas –con o sin consecuencias graves–, y distintos tipos de accidentes, ante los cuales la situación suele ser aún más peligrosa.
Tanto Garró, como el director del Hospital Pediátrico, Daniel Pizzi, remarcan que, por ejemplo, la mayoría de los incendios domiciliarios con menores de por medio, se producen sin los padres presentes. “Todo juego de niños debe estar supervisado por un adulto”, señalan.
“El tema de los accidentes se nota aún más en vacaciones, cuando no está más el espacio escolar y los menores quedan en casa, al cuidado de uno de ellos”, enfatiza Pizzi. “Es una responsabilidad para la cual no están preparados, y eso los marca psicológicamente con o sin accidentes de por medio. Los menores no están maduros y si sucede algo, tampoco saben cómo reaccionar”.
“Se les exige responsabilidades de un adulto, y se los pone en riesgo a los dos”, completa. Y esta sobrecarga trae aparej ados síntomas, entre ellos, la ansiedad.

Ejemplo a la vista. En una escuela primaria provincial de la ciudad de Córdoba no muy alejada del centro, cuyo nombre se pidió no revelar, una docente decidió estudiar las causas de ausentismo escolar. Tomó los casos de alumnos con más de 20 faltas al año. De la población escolar, el 30 por ciento alcanzaba ese número de inasistencias y, en algunos casos, superaban las 30.
De los alumnos con más de 20 inasistencias, se seleccionó una población de cuatro familias para ahondar en su problemática. En una de ellas –que representa el 25 por ciento de la población investigada– las causas del ausentismo están vinculadas con el cuidado de hermanos menores. “En la mayoría de los casos, es una estructura familiar que recurre al niño de 10 años o más para que asuma responsabilidades. Esto repercute en el rendimiento escolar, pero no lo ven. A los adultos les preocupa más el problema del momento que la educación de los niños. Y ven como algo natural que los más grandes se hagan cargo de los más chicos”, sostuvo la docente.
“Lo veía como algo natural”. Sin reproches, pero con conciencia de que no fue el mejor camino, una adolescente cuenta que a los 11 años comenzó a quedarse a cargo de su hermanita de 3, mientras la madre, que estaba separada, trabajaba. Dice que “no estuvo bueno madurar tan rápido”, pero describe que “lo veía como algo natural, no como una carga”. “Creo que no caía, no tenía ninguna conciencia de la responsabilidad que implicaba, era más bien como un juego”, añade la joven.


“No me sentía sola. En el edificio había mucha gente y teníamos un celular al que mi mamá llamaba permanentemente. Creo que en el momento no lo dimensionaba. Hoy, me parece que perdí algunas cosas de niña y me hice muy responsable, más que otras chicas de mi edad. No estuvo bueno ser tan madura. Si lo pudiese cambiar, lo haría. Pero de todo se puede sacar algo positivo y algo negativo. No todo es malo”, concluye.

tomado de: http://www.lavoz.com.ar/cordoba/ninos-padres%E2%80%9D-que-cuidan-sus-hermanos

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