viernes, 9 de noviembre de 2018

Violencia infantil

Se denomina infancia AL Primer período de la vida de la persona, comprendido entre el nacimiento y el principio de la adolescencia.
A la infancia se la considera el momento clave en la vida de cualquier ser humano ya que es allí donde se conforman los soportes afectivos e intelectuales de la persona, siendo estos de los que dependerá el futuro éxito o fracaso del individuo una vez adulto.
Cuando comentamos que algo nos ha marcado de niño U oímos que alguna persona comenta algo lo marco de niño, a esto es a lo que se hace referencia y es una situación que en muy contados casos podemos ver en otras etapas de la vida como la adultez, por ejemplo, en la cual la persona tiene más madurez para sobrellevar algunas situaciones límites, lo cual no puede hacer un infante, ya que su inocencia y falta de experiencia en situaciones problemas no le permiten actuar en su defensa. Y es por esta situación de debilidad que presentan los niños, que por su inocencia no cuentan con las suficientes armas para defenderse de por ejemplo el abuso de un adulto, de los golpes de personas que deberían ser los responsables de velar por su seguridad o de padres irresponsables que valiéndose de su situación de poder sobre los niños les obligan a trabajar o los someten a su dominio para abusar de ellos, y es por esos y otros motivos que siempre hay un principal interés e hincapié en proteger y luchar por los derechos del niño.
Ser niños es entre otras cosas sinónimo de ternura, amor, inocencia pero también de vulnerabilidad es así como podemos precisar que un niño lo que vive refleja, si vive en amor es amor, si conoce la sonrisa es sonrisa, si en su crianza existe la empatia aprenderá a ser empatico, si vive en violencia crecerá pensando que la forma de resolver conflictos es a través de métodos violentos, visto de esta forma los niños aprenden de lo que viven y la falta de un entorno familiar positivo y sano, hace que se desarrollen copiando esas actitudes negativas considerándolas normales y parte de lo que debería ser la dinámica de la vida en su entorno, si no se frenan, es de esa forma como poco a poco van haciendo del maltrato y la violencia una práctica común.
Como es sabido los malos tratos psicológicos, la negligencia y la falta de un entorno positivo producen en niños y niñas que se ven sometidos a ellos algunas consecuencias que pueden marcar su futuro y su aprendizaje. Es preciso recordar que como consecuencia del maltrato y la violencia familiar los niños y niñas sólo reciben un mensaje: no son dignos de amor y respeto, por consiguiente la autoestima sufre ya que es afectada al punto de que les hace sentir inferiores ante otros niños que son sus pares, imposibilitando relaciones interpersonales positivas y un buen rapport con sus compañeros de clase e incluso con otras personas de su entorno o ajenas a él. El carácter del niño o niña maltratado suele ser triste, melancólico, frustrado y débil, pudiendo buscar salidas en las drogas, prostitución y otras dependencias; y lógicamente entran en otro círculo de maltratos.
Definición y clasificación del maltrato infantil
No existe una definición única de maltrato infantil, ni una delimitación clara y precisa de sus expresiones. Sin embargo, lo más aceptado como definición es todas aquellas acciones que van en contra de un adecuado desarrollo físico, cognitivo y emocional del niño, cometidas por personas, instituciones o la propia sociedad. Ello supone la existencia de un maltrato físico, negligencia, maltrato psicológico o un abuso sexual. (NCCAN, 1988). Esta definición está en concordancia con la existente en el manual de psiquiatría DSM-IV.
1. El maltrato físico
Este tipo de maltrato abarca una serie de actos perpetrados utilizando la fuerza física de modo inapropiado y excesivo. Es decir, es aquel conjunto de acciones no accidentales ocasionados por adultos (padres, tutores, maestros, etc.), que originan en el niño un daño físico o enfermedad manifiesta. Aquí se incluyen golpes, arañazos, fracturas, pinchazos, quemaduras, mordeduras, sacudidas violentas, etc.

2. La negligencia o abandono
La negligencia es una falta de responsabilidad parental que ocasiona una omisión ante aquellas necesidades para su supervivencia y que no son satisfechas temporal o permanentemente por los padres, cuidadores o tutores. Comprende una vigilancia deficiente, descuido, privación de alimentos, incumplimiento de tratamiento médico, impedimento a la educación, etc.
3. El maltrato emocional
Es aquel conjunto de manifestaciones crónicas, persistentes y muy destructivas que amenazan el normal desarrollo psicológico del niño. Estas conductas comprenden insultos, desprecios, rechazos, indiferencia, confinamientos, amenazas, en fin, toda clase de hostilidad verbal hacia el niño. Este tipo de maltrato, ocasiona que en los primeros años del niño, éste no pueda desarrollar adecuadamente el apego, y en los años posteriores se sienta excluido del ambiente familiar y social, afectando su autoestima y sus habilidades sociales.

4. El abuso sexual
Es uno de los tipos de maltrato que implica mayores dificultades a la hora de estudiar. Consiste en aquellas relaciones sexuales, que mantiene un niño o una niña (menor de 18 años) con un adulto o con un niño de más edad, para las que no está preparado evolutivamente y en las cuales se establece una relación de sometimiento, poder y autoridad sobre la víctima.
Las formas más comunes de abuso sexual son: el incesto, la violación, la vejación y la explotación sexual. También incluye la solicitud indecente sin contacto físico o seducción verbal explícita, la realización de acto sexual o masturbación en presencia de un niño y la exposición de órganos sexuales a un niño.

El maltratador habitualmente es un hombre (padre, padrastro, otro familiar, compañero sentimental de la madre u otro varón conocido de la familia). Raramente es la madre, cuidadora u otra mujer conocida por el niño.

Otro tipo de maltrato infantil es el llamado Sindrome de Münchausen por poderes, consiste en inventar una enfermedad en el niño o producirla por la administración de sustancias y medicamentos no prescritos. Generalmente se trata de un niño en la edad de lactante-preescolar (edad media de 3 años).

Los signos y síntomas aparecen solamente en presencia de la madre (habitualmente el perpetrador del abuso), son de causa inexplicable y los exámenes complementarios no aclaran el diagnóstico. Este sindrome presenta una mortalidad entre 10-20%, y su impacto a largo plazo puede dar lugar a desórdenes psicológicos, emocionales y conductuales.

Además se debe incluir el maltrato prenatal, definido como aquellas circunstancias de vida de la madre, siempre que exista voluntariedad o negligencia, que influyen negativa y patológicamente en el embarazo, parto y repercuten en el feto.

Tales como: rechazo del embarazo, falta de control y seguimiento médico del embarazo, negligencia personal en la alimentación e higiene, medicaciones excesivas o no prescritas, consumo de alcohol, drogas y tabaco, exposición a radiaciones, y otras.

En los últimos tiempos se habla de maltrato institucional, que consiste en cualquier legislación, programa o procedimiento, ya sea por acción o por omisión, procedente de poderes públicos o privados, por profesionales al amparo de la institución, que vulnere los derechos básicos del menor, con o sin contacto directo con el niño.

Cada uno de estos tipos de maltrato infantil presentan indicadores físicos y conductuales en el niño o niña maltratado, así como indicadores conductuales y actitudes del maltratador, lo cual ayuda en su diagnóstico.

Las causas del maltrato infantil
Los estudiosos del tema del maltrato infantil han tratado de explicar su aparición y mantenimiento utilizando diversos modelos, así tenemos: el modelo sociológico, que considera que el abandono físico es consecuencia de situaciones de carencia económica o de situaciones de aislamiento social (Wolock y Horowitz, 1984); el modelo cognitivo, que lo entiende como una situación de desprotección que se produce como consecuencia de distorsiones cognitivas, expectativas y percepciones inadecuadas de los progenitores/cuidadores en relación a los niños a su cargo (Larrance, 1983); el modelo psiquiátrico, que considera que el maltrato infantil es consecuencia de la existencia de psicopatología en los padres (Polansky, 1985); el modelo del procesamiento de la información, que plantea la existencia de un estilo peculiar de procesamiento en las familias con menores en situación de abandono físico o negligencia infantil (Crittender, 1993); y por último el modelo de afrontamiento del estrés, que hace referencia a la forma de evaluar y percibir las situaciones y/o sucesos estresantes por parte de estas familias (Hilson y Kuiper, 1994).

Los niños criados en hogares donde se les maltrata suelen mostrar desórdenes postraumáticos y emocionales. Muchos experimentan sentimientos de escasa autoestima y sufren de depresión y ansiedad por lo que suelen utilizar el alcohol u otras drogas para mitigar su dolor psicológico con la posibilidad de convertirse en una adicción al llegar la adultez.
El niño que no es amado tiene mala imagen de sí mismo y percibe un entorno amenazante y poco seguro además de adultos suelen ser propensos a tener depresiones. Los efectos que produce el maltrato infantil, no cesan al pasar la niñez, mostrando muchos de ellos dificultades para establecer una sana interrelación al llegar a la adultez.
El niño crece en la familia y es con ésta con quien va a desarrollar sus primeras relaciones. Gracia, E (1994) menciona que a este proceso se le denomina sociabilización e incluye también la transmisión de determinados valores y conductas que al poco tiempo aparecerán como naturales.
Diversos estudios afirman que el maltrato continúa de una generación a otra, de manera que el niño maltratado, de adulto, es un maltratador en potencia.
Si un niño vive en la aceptación y la amistad, aprende a encontrar el amor del mundo. Somos lo que vivimos día a día.


“para perdonar no hace falta abrazar, ni siquiera saludar. Basta mirar con amor y sonreír. La sonrisa es a veces el mejor abrazo”. Y la sonrisa de un niño es el mejor regalo.
Licda. Norelys Rivas

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