domingo, 13 de noviembre de 2011

ACOSO ESCOLAR (Bullying)

Foto:Licda Norelys Rivas


ACOSO ESCOLAR (Bullying)

Surge con renovado ímpetu una forma de violencia que se está extendiendo y va tomando cuerpo, y es así como asoma en la escena educativa el término Bullying y con sorpresa he observado lo común que resulta hoy día que las instituciones educativas estén apareciendo más a menudo en las páginas de sucesos de los periódicos, que en la sección de educación y cultura, no solo en Venezuela. Situación que Resulta preocupante y debe llamar a la reflexión a los miembros de la comunidad educativa, Más aun cuando los episodios de violencia en dichos centros parecen tener una gran capacidad para atraer a la atención pública, causando alarma social. Sería bien interesante que no solo genere alarma y llame la atención del colectivo, es preciso además que se tomen medidas entorno a la situación y se busquen los correctivos necesarios para minimizar esta práctica tan generalizada hoy día en nuestras instituciones educativas.
El acoso escolar (también conocido como hostigamiento escolar, matonaje escolar o por su término inglés bullying) es cualquier forma de maltrato psicológico, verbal o físico producido entre escolares de forma reiterada a lo largo de un tiempo determinado. Estadísticamente, el tipo de violencia dominante es el emocional y se da mayoritariamente en el aula y patio de los centros escolares. Los protagonistas de los casos de acoso escolar suelen ser niños y niñas en proceso de entrada en la adolescencia (12-13 años), siendo ligeramente mayor el porcentaje de niñas en el perfil de víctimas. Según http://es.wikipedia.org/wiki/Acoso_escolar
Aunque se tiene estas edades como referencia, lo cierto es que se viene observando en la actualidad un repunte de este fenómeno no solo en adolescentes y pre-adolescentes, también es observable en niños y niñas desde la etapa preescolar, y es lo que resulta más alarmante aun, recientemente en una charla para padres en el centro educativo donde trabajo yo les explicaba a los padres que” los niños no nacían siendo crueles, ni malos y mucho menos violentos, los niños desde el nacimiento hasta la madurez van forjando su personalidad y para ello se van nutriendo de los valores que le son inculcados en el seno familiar y todo aquello que va absorbiendo del medio donde se desenvuelve”, lo cual nos deja claro que somos los padres, madres, y adultos responsables de su formación quienes fungimos como sus modelos y el niño aprende de lo que vive, si vive en amor y armonía, aprende a ser amoroso, cariñoso y el respeto al derecho ajeno es su norma, pero si por el contrario vive en el maltrato, la violencia y los gritos; entonces aprende a ser violento, a maltratar, gritar y vive pensando que esa es la forma correcta para obtener lo que desea de los demás.
La palabra “Bullying”, del inglés, “bully” significa matón o agresor. En este sentido se trataría de conductas que tienen que ver con la intimidación, tiranización, aislamiento, amenaza, insultos, sobre una víctima o víctimas señaladas.
El acoso escolar es una forma característica y extrema de violencia escolar. Es una especie de tortura, metódica y sistemática, en la que el agresor sume a la víctima, a menudo con el silencio, la indiferencia o la complicidad de otros compañeros. Aunque es una práctica bastante cruel no deja de asombrar que cada día los niños, niñas y adolescente de todos los países usen este tipo de Violencia en contra de compañeros de colegio con quienes comparten el día a día.
Este tipo de violencia escolar se caracteriza, por tanto, por una reiteración encaminada a conseguir la intimidación de la víctima, implicando un abuso de poder en tanto que es ejercida por un agresor “más fuerte” (ya sea esta fortaleza real o percibida subjetivamente). El sujeto maltratado queda, así, expuesto física y emocionalmente ante el sujeto maltratador, generándose como consecuencia una serie de secuelas psicológicas; es común que el acosado se sienta aterrorizado con la sola idea de asistir a la escuela y que se muestre muy nervioso, triste y solitario en su vida cotidiana. En algunos casos, la dureza de la situación puede acarrear pensamientos sobre el suicidio e incluso su materialización, consecuencias propias del hostigamiento hacia las personas sin limitación de edad.
Es importante no confundir estas situaciones de violencia escolar con los típicos altibajos que se producen en las relaciones entre compañeros de colegio, sobre todo a lo largo de la etapa de la adolescencia y pre-adolescencia. Las dificultades o conflictos y las malas relaciones entre iguales, los problemas de comportamiento o de indisciplina son fenómenos perturbadores pero no son verdaderos problemas de violencia, aunque pueden degenerar en ellos, si no se resuelven de una forma adecuada.
Para prevenir posibles brotes, es muy conveniente centrar el tema y aclarar de qué estamos hablando además es necesario dejar de pensar "que esto es normal entre escolares", o "que se trata sólo de bromas de jóvenes" o como he oído mucho decir a algunos padres “esas son cosas de muchachos”. Hay que tomar en cuenta lo que diferencia lo normal del fenómeno del acoso, para ello hay que saber que en el caso del bulling la conducta es reiterada y el agresor es más grande, más fuerte y más poderoso que la víctima. Es muy importante distinguir lo episódico de lo habitual. La persistencia es un poderoso indicador del riesgo que pueden estar corriendo, tanto víctima como agresor, de verse muy afectados.
Estadísticamente, el tipo de violencia dominante es el emocional y se da mayoritariamente en el aula y patio de los centros escolares.
En ocasiones, el niño que desarrolla conductas de hostigamiento hacia otros busca, obtener el reconocimiento y la atención de los demás, algo de lo que carece, llegando a aprender un modelo de relación basado en la exclusión y el menosprecio de otros.
Con frecuencia el niño, niña o adolescente que acosa a otro compañero suele estar rodeado muy rápidamente de una banda o grupo de acosadores que se suman de manera unánime y gregaria al comportamiento de hostigamiento contra la víctima. Ello es debido a la falta de una autoridad exterior (por ejemplo, un profesor, un familiar, etc.) que imponga límites a este tipo de conductas, proyectando el acosador principal una imagen de líder sobre el resto de sus iguales seguidores.
La psicología actual, identifica en los acosadores escolares la existencia probable de una educación familiar permisiva que les puede haber llevado a no interiorizar suficientemente bien el principio de realidad. La consecuencia es la dificultad para ponerse en el lugar del otro por una carencia de altruismo vinculada a un ego que crece a costa de los demás, meros instrumentos a su servicio, y que tiene un umbral de frustración muy bajo. Algunos autores denominan a este tipo de niño como niño tirano.
El niño mal educado en la familia probablemente reproducirá en la escuela los hábitos adquiridos. Ni respetará, ni empatizará con los profesores, ni con sus compañeros, haciendo del abuso y la intimidación sus mayores armas en contra de los que cree poder dominar.
Padre, madre, maestro la formación de los hombres y mujeres de mañana está en nuestras manos se hace obligado no permitir que se escape de ellas, enseña a los niños, niñas y adolescentes a tu cuidado a vivir en el amor y el respeto. Educar en la violencia y el maltrato solo forma futuros maltratadores y deja profundas huellas en ellos difícil de borrar.
Licda. Norelys Rivas

“Si un niño vive criticado, aprende a condenar
Si un niño vive con tolerancia, aprende a ser tolerante
Si un niño vive con estimulo, aprende a confiar
Si un niño vive apreciado, aprende a apreciar
Si un niño vive con seguridad, aprende a tener fe
Si un niño vive con aprobación, aprende a quererse
Si un niño vive con equidad, aprende a ser justo
Si un niño vive avergonzado, aprende a sentirse culpable
Si un niño vive con hostilidad, aprende a pelear
Si un niño vive con aceptación y amistad, aprende a hallar amor en el mundo”

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