jueves, 23 de diciembre de 2010

La realidad virtual no es un juego de niños

PSICOLOGÍA


"El recuerdo de palizas, gritos, la desatención paterna o los abusos sexuales tienen consecuencias psicológicas a largo plazo en los pequeños", explica Concepción López Soler, directora del proyecto.

"Este sistema ofrece un componente lúdico que atrae a los menores y estimula el deslizamiento hacía el recuerdo y la revivencia de las experiencias traumáticas", comenta Mavi Alcántara, una de las integrantes del proyecto.

Visitación Fernández, psicóloga del proyecto EMMA-CHILD, en su entrevista para EFE deja claro que “la rehabilitación de estos menores es una realidad social a la que debemos de aportar soluciones, no pueden seguir siendo victimas invisibles”.


La aplicación de la realidad virtual en psicología no es una cosa de hoy. Desde hace décadas existe una vertiente de la psicología que se dedica a estudiar nuevas aplicaciones de la realidad virtual en tratamientos psicológicos.

Lo novedoso del proyecto denominado EMMA-CHILD ("Media For Mental Health Applications") es que utiliza esos métodos para tratar traumas infantiles, un uso desconocido hasta ahora. Un grupo de investigadores de la Universidad de Psicología de Murcia (España) lleva cinco años realizando un proyecto para tratamiento de menores tutelados, de entre 6 y 17 años.

La mayoría de estos pequeños padecen un estrés postraumático derivado de una situación muy dolorosa sufrida en la infancia. El recuerdo de palizas, gritos, la desatención paterna o los abusos sexuales tienen consecuencias psicológicas a largo plazo en ellos.

Concepción López Soler, directora del proyecto explica a EFE que, “desde la Dirección General de Familia y Menor de la Región de Murcia, se expresó la preocupación por las alteraciones psicológicas de muchos menores tutelados. Esto dio el pistoletazo de salida al proyecto. Un convenio que se estableció en 2005 con el fin de mejorar las condiciones de vida de estos menores, que son responsabilidad de todos los que formamos parte de esta sociedad”.

UNA REALIDAD INVISIBLE.

Según estadísticas del Ministerio de Asuntos Sociales, en España existen 30.000 niños tutelados por las administraciones. Un gran número de ellos en situación de riesgo. Multitud de artículos sobre el maltrato infantil resaltan la falta de estadísticas sobre menores maltratados en el mundo.

Jorge F. del Valle, profesor de la Universidad de Oviedo (España), en su artículo "Intervención psicosocial en protección a la infancia" recuerda que “en nuestro entorno social sigue siendo una problemática desconocida”.

La ONU realizó en 2006 un estudio donde investiga a fondo el fenómeno de la violencia contra menores, y las estimaciones realizadas muestran que en el mundo existen 275 millones de pequeños que son víctimas de violencia dentro de sus hogares.

La Declaración Universal de los Derechos Humanos recuerda que “todos los menores de edad tienen derecho a la integridad física, psicológica y a la protección contra toda forma de violencia”.

La Convención de Derechos del Niño (CDN) adoptada por Naciones Unidas el año 1989, en su artículo 19, exige a sus estados adoptar “todas las medidas legislativas, administrativas, sociales y educativas para proteger al niño contra toda forma de perjuicio, abuso físico o mental, descuido o trato negligente”.

A pesar de los esfuerzos de las administraciones por poner solución a este problema, la realidad del maltrato infantil sigue existiendo. Su prevención establece tres niveles según los especialistas: primero, la prevención primaria, dirigida a la población en general con intervenciones de sensibilización y formación.

El segundo nivel sería la prevención secundaria dirigida a familias en riesgo con el objetivo de realizar un diagnóstico temprano. Y el último y en el que encajaría el proyecto EMMA-CHILD resultaría la rehabilitación tras el maltrato infantil.

Visitación Fernández, psicóloga y una de las integrantes del proyecto EMMA-CHILD, en su entrevista para EFE dejó clara que “la rehabilitación de estos menores es una realidad social a la que debemos de aportar soluciones, no pueden seguir siendo victimas invisibles”.

En esta búsqueda de soluciones, este programa es un sistema persuasivo de realidad virtual que permite abordar experiencias emocionales complejas. La directora del proyecto comenta que “su uso en menores ha sido de gran utilidad y que es necesario contar con más medios pues en la actualidad se emplean pocos recursos de investigación para ello”.

PROYECTO INNOVADOR.

EMMA-CHILD se como un proyecto innovador y experimental. Mavi Alcántara, psicóloga del proyecto explica que “los menores se sumergen en el programa durante aproximadamente una hora y media semanal, y expresan en imágenes los conflictos que no se atrevieron a expresar verbalmente en la sesión terapeútica tradicional. Este sistema ofrece un componente lúdico que atrae a los menores, y estimula el deslizamiento hacía el recuerdo y la revivencia de las experiencias traumáticas".

La especialista añade que "las nuevas tecnologías son una herramienta excelente en el tratamiento psicológico, pero es necesario desarrollar buenos protocolos de intervención, así como contar con profesionales formados para su uso”.

La sala donde se desarrolla EMMA-CHILD se encuentra en el Hospital Virgen de la Arrixaca de Murcia (España). Se trata de una sala oscura con una gran pantalla donde se pueden proyectar diferentes entornos, objetos, imágenes en tres dimensiones, sonidos y colores, modificándolos según las necesidades terapeúticas.

Existen varios paisajes que se determinan según el estado emocional de los menores. La playa, el desierto, el bosque o la tierra pueden ser los lugares elegidos. Cada uno de estos paisajes refleja la alegría, la tristeza, la rabia o la ansiedad. En todos ellos existe un refugio, un lugar seguro al que los pequeños pueden ir con sólo apretar un botón.

Cuenta la psicóloga que los niños pueden añadir elementos que afectan al paisaje como lluvia, nieve, viento, un arco iris u otros como modificar la hora del día en la que se encuentran, así como hacer uso de superhéroes (por ejemplo: superman o las super nenas) para la exposición a los estímulos temidos.

Uno de los componentes más importantes de la sala EMMA es el llamado ‘libro de la vida’, donde los menores pueden organizar recuerdos y clasificarlos en distintos capítulos. También existe un área de descarga emocional en la que los objetos van cambiando según la voz del paciente y el entorno se modifica como si se tratara de un ‘termómetro sensitivo’.

Concha López Soler añade que “ha sido de gran ayuda, ya que en las terapias tradicionales el recuerdo de las situaciones traumáticas y su elaboración resultaba tremendamente doloroso. Resulta un complemento idóneo en la evocación de situaciones. Creemos que es una herramienta muy útil, pero es imprescindible un protocolo de tratamiento especifico que proporciona los objetivos y procedimientos de la terapia”.

No hay que olvidar que este equipo trabaja con menores de alto riesgo psicosocial. Los síntomas más frecuentes que presentan son, según relatan los integrantes del proyecto, la falta de atención, la inquietud, la desorientación, la ambivalencia emocional, la desolación, el aturdimiento, la tristeza o la negación de la realidad.

Todos estos pasajes traumáticos de la infancia pueden suponen graves problemas para ellos en el futuro que pueden ir desde la inadaptación social hasta problemas para relacionarse en el entorno, incluso afecciones en las conductas sexuales.

“No intentamos que los menores olviden su trauma, sino que aprendan a enfrentarse a él, que puedan asimilar esas experiencias traumáticas, que las puedan digerir, de modo que cuando vuelvan a recordarlo sean capaces de regular sus emociones y no sufrir de forma tan intensa”, explica Concepción López Soler.

Ana Candela.
EFE-REPORTAJES.

http://www.2001.com.ve/noticias_2001online.asp?registro=133921

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