A través de la práctica pedagógica he podido observar las conductas de los niños, niñas y jóvenes, y no deja de preocupar ver a diario como compañeros de clases, estudiantes de la misma escuela, quienes conviven a diario, no pueden algunas veces ni tropezarse accidentalmente sin que esto se motivo para entablar una riña. Es muy común observar cómo se amenazan de golpearse al salir de la escuela, sin contar que el aula es a diario un campo de batalla donde hay que mediar constanmente para evitar que se vayan a los golpes.
Es posible que una de las causas tenga su origen en el hogar, que es uno de los sitios donde el niño modela conductas y además aprende sus primeros valores, que luego va a reforzar y afianzar en la escuela. Es frecuente ver casos donde los padres golpean a las madres en presencia de los hijos e incluso a los mismos niños, muchas veces sin motivo, padres o madres que bajo los efectos del alcohol causan maltrato físico o psicológico a sus hijos.
Otra de las causas aparentes es el alto grado de violencia que se ve en los programas de televisión y en alguno de los programas “infantiles”, los cuales pasan en horarios que los niños tienen acceso a la programación generalmente sin supervisión de los padres, o responsables que pudieran orientarlos. Aun cuando existen leyes para tales fines la situación cada día parece empeorar, si tomamos en cuenta la cantidad de telenovelas que transmiten a lo largo del día sin ningún tipo de censura y donde además se muestra de forma muy cruda algunas acciones de maltrato y de alto contenido sexual, muchos de estos muestran patrones de conductas que tienen inmerso el mensaje de que puedes conseguir lo que deseas por medio del maltrato o de intimidar a las personas de las cuales quieres obtener algo.
Entre las consecuencias que trae este problema a los niños se puede hablar de dificultades para relacionarse con sus pares e incluso con los adultos, bajos niveles de autoestima, dificultades en el aprendizaje entre otras. El maltrato recibido en el hogar contribuye a deteriorar aun más la interacción escolar al verse disminuida la posibilidad de establecer relaciones positivas; repetirse crónicamente y posiblemente hacerse más grave lo cual pudiera extenderse a las diversas relaciones que en el sistema escolar, social y familiar se producen.
Existe actualmente un gran consenso en aceptar que la probabilidad de la violencia aumenta cuando los niveles de estrés que experimentan los padres son superiores a su capacidad para afrontarlo. Es conocido que una importante fuente de estrés familiar procede sin lugar a dudas, de las condiciones de pobreza y las dificultades que de ella suelen derivarse en la vivienda familiar (condiciones higiénicas, falta de espacio lo cual puede generar hacinamiento, el desempleo, una carga familiar difícil de mantener). En función de lo cual puede explicarse porque dichas condiciones pueden conducir a riesgos psicológicos para las personas que en ellas se encuentran, incluyendo en esos los riesgos la violencia. Conviene tener en cuenta que la pobreza no produce por sí sola la violencia, sino que aumenta su probabilidad, en otras palabras, la mayoría de las familias que atraviesan por dificultades económicas graves no son violentas y que la violencia se produce en todas las clases sociales. Es conocido que incluso las familias con una posición privilegiada manejan altos niveles de estrés debido a las ocupaciones múltiples que generan el trabajo y tratar de mantener el estatus al que están acostumbradas muchas veces a costa del abandono de los niños.
De todo lo expuesto se puede deducir que entre las posibles soluciones necesarias para tratar de eliminar o bajar los niveles de violencia en nuestras aulas y de la escuela se pueden nombrar las siguientes:
• Mejorar las condiciones de vida de las familias que atraviesan por graves dificultades económicas.
• Elaborar programas en las instituciones que permitan realizar actividades donde los niños se expresen y traten de resolver los conflictos a través del dialogo sin recurrir a la violencia; esto incluye la critica a cualquier forma de maltrato o violencia por parte de los maestros, extendiendo dicha critica al castigo físico no solo en la escuela, guardería e incluso en el mismo hogar; como una de las principales causas que origina la violencia y sensibilizando sobre el valor de la comunicación como alternativa educativa.
• Desarrollar condiciones dentro de las aulas que contribuyan a mejorar el ambiente de aprendizaje de manera que no existan condiciones estresantes que conlleven al aumento de la violencia.
• Entender la violencia como un problema que afecta a todos y contra el cual todos podemos y debemos luchar. Sensibilizando sobre los efectos negativos que tiene la violencia no solo para las personas agredidas sino también para quien las infringe, al deteriorar las relaciones interpersonales y el contexto en el que se produce.
• La compresión de que la violencia genera más violencia así como de lo complejo de las causas que la originan y la forma de superar el error que supone atribuir la violencia a una única causa (la biológica, la televisión o algún otro al que se le quiera atribuir la culpa) los cuales suelen utilizarse como única causa excluyendo a quien realiza el maltrato de la responsabilidad y posible solución al problema.
• La sensibilización en torno a los estereotipos sexistas, especialmente a la asociación de la violencia con valores masculinos y la sumisión e indefensa con valores femeninos.
• Cambio del lenguaje usado en programas de televisión, canciones y grupos de reunión: si se lograra eliminar o por menos bajar los niveles de los insultos, el lenguaje abusivo e incluso el lenguaje soez usado en las canciones y programas televisivos; se pudiera crear un clima más propicio para controlar los hechos de violencia.
Lic. Norelys Rivas
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